Después de tu compromiso es momento de identificar los errores más comunes que cometen las novias al momento de pedir ayuda para planificar la fiesta nupcial, principalmente para elegir damas de honor. Sigue leyendo para ver una colección de lo que no debes hacer cuando se trata de elegir a tu equipo. Y si ya te has casado y sabes de lo que hablamos; es una buena ocasión para compartir algunos buenos consejos con todas vuestras hermanas, primas, amigas actualmente comprometidas.
Preguntar demasiado pronto
Por supuesto, estás entusiasmada después de comprometerte; quieres compartir la noticia. Pero antes de hacerlo, no lo hagas. Comprométete por un tiempo, ocúpate de todo lo que necesitas hacer justo después de que haya un anillo en tu dedo; piensa mucho sobre a quién quieres equipar a tu séquito del día de la boda. Si estás demasiado animada y actúas impulsivamente, preguntándole a una amiga que termina alejándose acabarás lamentándote más tarde.
Así que, en cambio, date algo de tiempo (al menos 3 meses, a menos que planees una boda rápida) para deleitarte con tu nueva felicidad de futura novia; y a la vez espera ver qué amigas estarán disponibles para el tiempo de tu compromiso.
Pensar en una boda equilibrada
Ahora que estás comprometida puedes temer a que tu y tu esposo tengan una cantidad desigual de invitados. Pues no. Aunque suene egoísta, nunca pero nunca deberías sacrificar una amiga por una conocida (que venga de la familia de tu pareja). No hay reglas sobre cuán equilibrado debe ser tu grupo de damas de honor.
Si tienes 4 chicas, o 6, o 7 está bien. Es tu día, puedes tomar decisiones. Y dejar a alguien fuera, solo porque las cosas no ‘coinciden’ como las quieres no está bien. También es algo que puede quedarse contigo, cuando te das cuenta de cuantas amigas tienes. Eso siempre será mejor a la sensación de culpa por haber obviado una persona que quieres.
Pensar que tus damas de honor estarán todo el día a tu disposición
Es bueno tener estándares altos para las personas en tu vida. Pero cuando planificas una boda, es fácil pensar que todos estarán a la altura de las circunstancias; asegurándose de dar el todo por el todo para complacerte. La realidad es que no tus amigos están para ayudarte, no para servirte. Lo que significa que no es una obligación, ni mucho menos un deber.
Y nada de sentirte triste cuando una de tus damas de honor no llegue a tu despedida de soltera porque «tiene cosas que hacer». Sí, son tus amigas; y sí, su vida sigue mientras tu planificas el resto de la tuya. Es bueno esperar que tu escuadrón sea sólido, significa que tú también lo eres.
Recuerda, algunas damas de honor en realidad tienen la idea de que su rol solo requiere que usen un lindo vestido y no pierdan el control el día de la boda, por lo que no te sientas molesta si no hacen mucho más. Es triste, pero es real.
Pensar que nada puede salir mal
Por otro lado, también es importante que una novia piense en su grupo como un todo. Si tienes una amiga que va a ir al extranjero para una beca, tal vez alguien que acaba de quedar embarazada, una amiga que apenas puede dejar el trabajo, o alguien que podría haber perdido su trabajo; debe comprender que hay posibilidad de que susciten dificultades con los roles y las responsabilidades que conlleva ser una dama de honor. Aquí es donde necesitas ejercer flexibilidad y no enloquecer. Debes estar preparada para que no todo salga como lo planeaste, no tienes que control de todo y todos.
Presionar a un amigo para que asista con una amiga, o viceversa
Eso es incómodo. Si una de tus damas de honor no tiene pareja o si tu cuñado aun está soltero, no trates de forjar una pareja.
En tu cabeza puedes verte como una auténtica cupido pero piensa que podrías ocasionar que dos extraños compartan mesa toda una noche sin apenas hablar. Mejor deja que vayan solos, que se diviertan; verles felices es mucho mejor. Para resumir, no presiones a tus amigos.