Decidir irte a vivir con tu pareja antes de la boda es una elección que debe hacerse en pareja, dependiendo de las creencias y valores de ambos. Sin embargo, si todavía te encuentras cuestionando si deberíais mudaros juntos antes o después de la boda, aquí algunas cosas que podrías considerar.

¿Deberíais mudaros juntos antes o después de la boda?

Veamos cómo saber si deberíais mudaros juntos antes o después de la boda.

Razones para esperar hasta después de la boda

Razones religiosas

En casi todas las principales religiones del mundo, la cohabitación, es decir, el hecho de que dos personas no casadas compartan el hogar y la cama, está prohibida o desaconsejada, y las relaciones sexuales prematrimoniales se consideran un pecado. Aunque la cohabitación ha ido creciendo en popularidad en las últimas décadas entre las parejas modernas, todavía hay muchas personas que prefieren seguir sus creencias religiosas y esperar hasta después del matrimonio.

Poco espacio

Muchos jóvenes que acaban de empezar a vivir viven en casas pequeñas, como un piso de soltero o de una habitación, si es que se han mudado de la casa de sus padres (en cuyo caso, la cohabitación podría no ser una opción en absoluto).

Si tu espacio personal ya es pequeño, hacer que tu prometido se mude contigo puede resultar un poco claustrofóbico, dependiendo de tus arreglos y preferencias de vida. Sobre todo si los dos tenéis muebles completos que ahora tendréis que apretar en una sola casa. Piensa que tendrás que dividir todo por la mitad. A no ser que los dos vayáis a comprar una casa o un piso antes de la boda para encontrar vuestro hogar conjunto perfecto, vuestro pequeño espacio podría ser demasiado pequeño para dos personas.

Podría ser más especial

Mudarse juntos es siempre un acontecimiento especial para cualquier pareja, independientemente del momento en que se produzca, pero para algunas parejas puede ser aún más especial después de su boda.

Razones para mudarse juntos antes de la boda

Conocerse mejor

Estar con alguien y vivir con alguien es totalmente diferente. Lo que alguien hace en su propia casa es muy diferente de lo que hará en la casa de otra persona porque, obviamente, las personas se sienten mucho más cómodas en sus propios espacios personales. La convivencia es la mejor manera de conocer realmente a alguien: hábitos, rutinas, manías y preferencias. Mucha gente cree que irse a vivir juntos antes de casarse es la mejor manera de conocerse de verdad antes de dar el salto.

Una prueba definitiva

Dado que mucha gente considera que irse a vivir juntos es una forma estupenda de conocerse, mucha gente también cree que es la prueba perfecta antes de casarse. Aunque una pareja pueda funcionar muy bien en el mundo, en su propia casa podría ser una historia completamente diferente.

¿Una persona es una maniática de la limpieza y la otra es una vaga? ¿Uno es un noctámbulo y el otro un madrugador? Aprender a trabajar en equipo, a comprometerse y a adaptar las rutinas para vivir cómodamente y en paz con el otro requiere mucho trabajo, paciencia y amor. Por eso, algunas personas creen que es una buena idea tantear el terreno antes de comprometerse con el otro.

Menos presión

Hay mucha presión cuando se trata del matrimonio. La mayoría de la gente espera que las cosas salgan perfectamente cuando se juntan por primera vez, lo cual es algo completamente ridículo. Aun así, tienen grandes esperanzas. Irse a vivir juntos antes de la boda permite a la pareja acomodarse y resolver los problemas antes de entrar en la vida matrimonial, cuando todos sus amigos y familiares estarán observando y preguntándose cómo van las cosas. La presión de ser el marido o la mujer perfectos, además de las expectativas que la pareja se pone a sí misma, puede ser más fácil de gestionar antes de casarse.

Razones económicas

Las bodas son caras, sin duda. Incluso las bodas pequeñas pueden costar miles de euros. Vivir juntos antes de casarse puede ayudar a los novios a ahorrar dinero, especialmente si los costes de mantener dos apartamentos separados (alquiler, servicios, etc.). Mudarse juntos y tener que dividir las facturas a la mitad puede obligar a la pareja a sentarse y tener esa temida charla sobre el dinero y ayudarles a averiguar cómo van a manejar sus finanzas como pareja, que es una conversación que realmente quieres tener antes de la boda.

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Al final, ¿importa?

Algunas personas creen que no importa si una pareja experimenta con la convivencia de antemano: si van a conseguir ser una pareja casada, lo harán, y si no estaba destinado a ser, no lo será.

Todo se reduce a lo que le parezca bien a la pareja. Algunas personas prefieren esperar, mientras que otras optan por lanzarse a vivir juntas.

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