El momento ha llegado y ahora quieres disfrutar del día de tu boda. Porque es uno de los momentos más importantes de tu vida; ese en el que has pasado incontables horas pensando y planificando. Así que cuando finalmente llegues hasta allí: ¿cómo te relajarás y disfrutarás plenamente de el? La clave es tener suficiente tiempo para disfrutar el día en sí.
Cómo disfrutar del día de tu boda
Lo primero es incluir actividades dentro de la boda que sean sinónimos de diversión. Sí, obviamente tiene que haber un brindis, una cena, un primer baile pero incluye otras cosas como un flashmob, juegos como beerpong, etc. Imagina que el gran final del día de la boda sea un primer baile que impresione a la familia y a los invitados. Por supuesto, antes que toda esa diversión, recuerda que para disfrutar del día de tu boda, debes de disfrutar de su preparación. Tomar el tiempo necesario para cada plan que tengas en mente. El estrés no es necesario.
Aprovecha la espacio
Segundo, si vas a organizar tu boda en la playa o en exteriores, aprovecha el espacio al máximo. Organiza un picnic mañanero. Haz la prueba de música o el soundcheck party antes de la ceremonia. No todo tiene que ser el caos de los preparativos.
No olvides el vestido
Ahora piensa en el vestido. Si quieres disfrutar el día de tu boda, hazlo en un traje que te brinde comodidad. Mira a través de muchas fotos de marcas famosas de vestidos de novia. Ve modelos en tiendas en línea; ve a diferentes boutiques y prueba diferentes tipos de vestidos. No te detengas hasta que encuentres uno que además de ser hermoso que, te permita correr, saltar, ¡caminar! con facilidad.
También piensa en las damas de honor; no es justo que vayas cómoda y ellas tengan que pasar el día en vestidos acartonados.
Lo ideal para elegir el vestido seria seleccionar primero el estilo de la boda y los colores; luego buscar el traje de ensueño. Así no vas a desencajar. Obviamente, trata de tomar en cuenta el lugar de la ceremonia y la cena; ¿están en un lugar o son diferentes? Eso podría hacer que amerites dos vestidos. Es una solución práctica.
Imagina lucir como una princesa frente al altar y después hacer ser la novia más desenfadada en un traje perfecto para el cóctel. Si no estás dispuesta a un cambio drástico y quieres sacarle provecho al vestido aprovecha (si este es largo) y cambia de calzado. ¿Tacones por tenis? ¡Sí, señor!
Por supuesto siempre piensa en la luna de miel…
Esa será tu recompensa. Podrás pasarla genial, podrás divertirte, podrá ser la mejor noche de tu boda pero no te olvides que ahora te esperan unas merecidas vacaciones. Las primeras como señora. Las primeras cómo recién casados. Recuerda planificar también este viaje; tú y tu pareja se merecen cada día que está por venir.
El día de tu boda será uno de los mejores de tu vida. Aprovecha cada segundo de este.